Visualizamos a nuestro país como una nación donde se garanticen los derechos constitucionales individuales y colectivos de las mujeres. En el cual las relaciones cotidianas interpersonales, económicas, políticas, sociales y culturales, así como los cuerpos y las instituciones estén por la despatriarcalización de la economía y la sociedad, la descolonización de la cultura, la abolición de la explotación sexual y el consumo de los cuerpos de las mujeres, así como por la desgenitalización de la política.